Tin Men (Barry Levinson, 1987)





























1963. El año del cambio en EEUU.  Bill Babowski (Richard Dreyfuss) y Ernest Tilley (Danny DeVito) son vendedores en dos empresas que pertenecen al rubro de revestimientos de chapa para casas. Un accidente de autos entre ambos desencadenará con una serie de venganzas que escalarán hasta la seducción de Babowski a la esposa de Ernest, Nora (Barbara Hershey), con el simple objetivo de acostarse con ella para mancillar el honor de su contrincante. Lo que no sabe Babowski es que Nora y Ernest están pasando por en un momento de crisis y Nora terminará enamorándose de él y, lo más inesperado, él terminará enamorándose de ella. Para colmo, De Vito no parece preocupado por la pérdida. Todo esto ocurre mientras una comisión gubernamental investiga a los vendedores que hayan utilizado engaños o artimañas dudosas para lograr una venta exitosa.




Barry Levinson describe la incipiente emancipación femenina en un mundo donde los hombres están siendo acorralados por el sistema mientras que la mujer parece ser la única garantía de estabilidad emocional y laboral. En el inicio de la película, Nora ya no soporta el matrimonio con Ernest pero no se anima a abandonarlo hasta que Babowski la seduce. En ese momento, Nora decide engañar a Ernst solamente para saber si su marido es lo mejor que hay disponible. Con esa decisión, el personaje de Nora dará un salto cualitativo en la película y dejará de ser alguien opaco y gris para convertirse en un personaje con dignidad. Se descubre tan dueña de sus actos que cuando se entera de que Ernst y Babowksi definieron en una mesa de pool con cuál de los dos deberá quedarse ella, se indigna por ser considerada un objeto pero al final quiere saber cuál fue el resultado de la partida para saber el camino a seguir. Tanto Babowski como Ernst saben que Nora es capaz de vivir sola, y esta cualidad la hace atractiva a Babowski.



Pero los cambios también afectarán a Babowski y Ernst. Babowski será el primero en darse cuenta de que el futuro será de los autos compactos. Los cadillacs ocupan mucho espacio en las calles con cada vez más tráfico. Además, el oficio de vendedor, casi amateur y con bastante libertad, también tiene los días contados: la competencia entre vendedores (incluso de la misma firma) ya no dejará espacio para la cofradía o la solidaridad. En la película, las artimañas que usan los vendedores para poder cerrar las ventas las hacen de a dos. Una complicidad/solidaridad que la comisión investigadora va a romper a fuerza de delación y donde las únicas beneficiadas serán las empresas.



De perfil bajo, casi como un cuento suburbano, Tin Men está dentro del conjunto de películas atendibles del irregular Barry Levinson. Y como si fuera poco, tiene un reparto impecable donde, por supuesto, se lucen DeVito, Dreyfuss y Hershey, al igual que Bruno Kirby y J. T. Walsh en los papeles secundarios.

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