El amor menos pensado (Juan Vera, 2018)

 


Ana (Mercedes Morán) y Marcos (Ricardo Darín) es un matrimonio con veinticinco años a cuesta que ven partir a su hijo hacia europa. Tras la partida del vástago, se generará el síndrome del nido vacío lo que concluirá en una crisis de pareja previa a la separación.Lo que viene después son dos horas y pocos minutos más que estiran con algo de tedio las constantes relaciones que ambos prueban mientras tercia un matrimonio amigo (Lili y Edi, Claudia Fontán/Luis Rubio) cuyos integrantes recurren a la infidelidad para tapar los baches de la relación.










El amor menos pensado tiene el mismo punto de partida de El nido vacío de Daniel Burman. Y las dos comparten el mismo objetivo que ambos directores esgrimen pero con distintas armas: la defensa del matrimonio. Tanto los matrimonios de Oscar Martínez-Cecilia Roth de El nido vacío como el de Darín-Morán están hartos de una rutina que los hijos disimulan. Pero mientras en El nido vacío Burman tranquiliza los impulsos de infidelidad y separación recurriendo a un sueño/deseo de Martínez del que lo despierta la hija; en El amor menos pensado Vera mantiene unida a la pareja sin más justificativo que el tiempo que estuvieron juntos. Para argumentar esto ambas partes de la pareja acumularán relaciones estrafalarias al principio (como el manual de la comedia romántica lo requiere) para asentarse después en dos relaciones aparentemente estables (Morán-Noher/Darín-Prieta) que, por supuesto, terminarán en la nada porque el peso de los años, justamente, pesan. Los años por sobre todas las cosas.


Y como los años están por sobre todas las cosas, también están por sobre los personajes. Que los personajes estén pasando las cinco décadas juega en contra a pesar de los méritos que hacen todos los actores en mostrar una jovialidad que los cuerpos desmienten pero la película no. Una bola de errores que va creciendo hasta llegar al vergonzoso final donde luego del beso de rigor el matrimonio protagonista baja a las corridas por una rampa cual jóvenes veinteañeros. La dignidad del personaje de Morán queda estropeada.




Por momentos teatral, por momentos muy estirada, por momentos televisiva, El amor menos pensado termina dejando un mejor recuerdo de El Nido Vacío, tal vez la más floja de las películas de Burman.

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