¿Qué he hecho yo para merecer esto? (Pedro Almódovar, 1984)

 















La quinta realización de Almodóvar muestra un progreso narrativo donde cuenta una historia que deriva lentamente del humor negro al drama.







Esta vez, Gloria (Carmen Maura) es una esposa insatisfecha tanto en lo sexual como en lo personal que vive a duras penas en una España con poco dinero y desocupación junto a su marido Antonio (Ángel de Andrés López) un taxista malhumorado, su dos hijos y su suegra (Chus Lampreave). Tiene como vecinas a Cristal (Verónica Forqué) una prostituta que la invita a unirse a la profesión y es casi como una hermana y a Juani (Kiti Manver) una modista cuya hija posee telekinesis. Acosada por su marido, por la rutina, por el trabajo y la falta de dinero, Gloria tendrá una crisis violenta que cambiará su vida en su totalidad.


Como en las películas anteriores, Almodóvar provoca; pero si antes la provocación era casi ajena a la trama; aquí ya es derivación de lo que se cuenta. Es así como Gloria entregará a su hijo menor a un pervertido dentista (un perturbador Javier Gurruchaga) porque ya no lo puede mantener; el hijo mayor comprará drogas mientras sale de paseo con su abuela;  la abuela misma guarda bajo llave magdalenas para no compartir con su familia mientras toma de mascota a una lagartija y colecciona palos; y Antonio (falsificación amateur) le enseñará a su hijo mayor a falsificarle la firma. Toda provocación externa parece no tener lugar; de hecho, las publicidades con Cecilia Roth (que en Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón eran ocurrentes) aquí no encajan y rompen el clima de la película. Este Almodóvar, con más presupuesto, va a empezar a tejer guiones donde nada ajeno a la historia va a tener relevancia. Si la película no llega a redondear es, justamente, por ciertos tics que no quiso abandonar (la nena con telekinesis, por ejemplo) que parecen demasiado inocentes en una película que esconde una tragedia.


¿Qué he hecho yo para merecer esto? abre con una toma panorámica de una plaza donde Gloria cruza mientras la cámara la sigue hasta entrar a un edificio. Con esta toma larga y llamativa, Almodóvar advierte que ahora tiene los medios para jugar en primeras ligas pero sin abandonar su estilo. En síntesis, el gran salto de calidad que él quería dar.

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