Dracula: prince of Darkness (Terence Fisher, 1966)

Secuela de Dracula (1958) también de Terence Fisher con casi una década de diferencia. En este caso, llama la atención la acertada escenografía gótica y un guión ajustado sin demasiadas explicaciones más allá de un prólogo que engancha la nueva historia con la película anterior. 

En este caso, las hermanas Helen (Barbara Shelley) y Diana (Suzan Farmer)  con sus respectivas parejas los hermanos Alan  (Charles Tingwell) y Charles (Francis Matthews) terminan en un castillo donde habita un mayordomo devoto del vampiro que sacrificará a Alan para que su sangre resucite al conde Drácula (Christopher Lee), muerto en la primera parte. Una vez resucitado, el Conde logrará contagiar a Helen  mientras Diana y Charles escaparán del castillo hacia la ciudad perseguidos por Helen y el Conde. Después de una serie de escaramuzas, la pareja logrará vencer a Drácula que será tragado por las aguas ¿para nunca más volver?

Si la película hubiera sido muda, también funcionaría. Básicamente es una película de atmósferas, con personajes precisos y funcionales (como el sacerdote cazador de vampiros) que se relacionan con naturalidad y un erotismo poco intenso debido a un Drácula algo deteriorado por los años de muerto. En resumen, un film redondo como un buen cuento de terror.