Duel (Steven Spielberg, 1972)

 














Película para televisión debut de Steven Spielberg en la dirección. El argumento es sencillo: un automovilista es perseguido por un camión que intenta matarlo.






Si uno se queda con la anécdota y su resultado, la película es espectacular por la tensión que genera, el uso del montaje, la banda de sonido y lo preciso del guión. Sin embargo, Spielberg tiñe al camión de un simbolismo que puede tomarse como la sociedad de consumo (o la vida misma) sometiendo al conductor.



La película abre con una subjetiva del auto de David Mann  (Dennis Weaver) que avanza sobre el tráfico mientras se oye por la radio a una serie de personajes alienados que a medida que el auto se aleja de la ciudad sonarán cada vez más perturbados. Es en ese momento, en medio de una zona rural,  donde ocurrirá el primer encuentro con el camión. Luego David se detendrá en una gasolinera para hablar por teléfono con su mujer (Jacqueline Scott) quién le reclama con algo de desilusión no haberle recriminado a su amigo por propasarse con ella. A todo esto, nos enteramos que el protagonista está viajando para visitar un cliente. Con estos trazos sabemos que David es un hombre temeroso y agobiado por su falta de caracter.


Con toda esta situación ya planteada, los ataques del camión serán cada vez más violentos hasta que David pierda todo rastro de personalidad y se transforme en un potencial asesino también. La maestría de Spielberg es mostrarnos los conflictos internos de David solamente con la persecución entre el camión y él. Cuando llegue el final, suponemos que no volverá a ser el mismo luego de la experiencia que definió de manera tan brutal como él mismo jamás supuso capaz de hacerlo y que su relación con los demás estará lejos de parecerse al inicio de la película.



Impecable ópera prima de Spielberg donde demuestra sus cualidades de narrador y esa magia cinematográfica que lo continuó acompañando durante más de cuatro décadas. Una gran película.

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