Dune (Alan Smithee, 2006)

 

Remontaje de la película firmada por David Lynch con media hora más de duración. Sí bien hay un intento de organizar la historia y la presentación de los personajes, el resultado es inverso al buscado: la película se achata, le falta épica y dimensión (algo que tenía la versión de Lynch) y los personajes son unidimensionales e intercambiables. Las imágenes de Lynch son tan poderosas, además de ser filmadas con otra intención que la de hacer un émulo de Star Wars (George Lucas, 1977), que el re-montaje no puede construir una película de aventura espacial.

Como si esto fuera poco, Dune (2006) pierde la atmósfera que Lynch le había impuesto a la original (y que es lo que sobrevive y mantiene el interés): esa mezcla de sueño y universo que le daba una entidad diferente a cualquier película de su estilo. Tampoco el prólogo gana mucho quitando a Virginia Madsen (que encima aparece como un cameo); es un prólogo largo y confuso a pesar de la intención en presentar a los personajes de manera esquemática y explicativa. Aunque, curiosidad de curiosidades, esta versión deja el momento en que aparece David Lynch como un soldado en problemas.

En síntesis, un producto demasiado largo y despojado de la atmósfera lyncheana. Solamente sirve para comparar con la versión de Lynch y sacar conclusiones sobre el sello que un director deja en cada rubro de una película.