Cruel intentions (Roger Kumble, 1999)















Versión para adolescentes de Las relaciones peligrosas de Choderlos de Laclos. En este caso, dos hermanastros, Kathryn Merteuil (Sarah Michelle Gellar) y Sebastian Valmont (Ryan Phillipe) que se tienen ganas (e inexplicablemente no concretan siendo ellos tan libertinos) juegan una apuesta para ensuciar la reputación de Cecile Caldwell (Selma Blair) una quinceañera que coquetea con su profesor de celo; pero además Kathryn le agrega como objetivo a Valmont doblegar la castidad de Annette Hargrove (Reesse Whiterspoon), la hija del director del colegio adonde ambos asisten, firme defensora de llegar virgen al matrimonio. Como recompensa, Kathryn se entregará a Valmont.



Si lo anterior parece un delirio en pleno siglo XX, la película podría disimularlo siendo tan libertina como se intenta hacer creer. Pero no, Roger Kumble elige el mismo camino de moralina que los hermanastros pretenden atacar: nada de cuerpos desnudos, pocos excesos y, lo peor de lo peor tratándose de adolescentes, nada de humor (aunque sea involuntario). Selma Blair es la única que parece entender lo ridículo de que parece comprender la estupidez de contar una apuesta sexual sin nada de sexo e intenta darle algo de sexualidad a su Cecile Caldwell aunque por momentos parece más retardada que inexperta. En cuanto a la relación Valmont y Annette, es inexplicable (porque no se explica) qué siente Valmont por Annette como para justificar la rapidez con que ella aceptó perder la virginidad que tanto defendió con él.


En resumen, más moralista de lo que quiere a pesar de estar destinada a un público adolescente con la idea de encenderle sus fantasías sexuales. Aunque es probable que ni el más hormonalmente alborotado quinceañero se estimularía con ésta verdadera heladera cinematográfica. 

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