The postman always ring twice (Tay Garnett, 1946)

 

Basada en la seductora novela de James M. Cain, esta versión cinematográfica de The Postman ring twice es rescatable por una sola cosa: Lana Turner. Su Cora logra trasmitir el erotismo, el miedo, el odio y la impotencia como si le fuera la vida en ello, una actuación que deja muy por atrás a un monocorde John Garfield como Frank (el vagabundo por el cual Cora se apasiona al punto del asesinato) y que sólo puede equipararse a la del siempre efectivo Cecil Kellaway como Nick, el marido de Cora que desencadenará la crisis final.

Incluso la película le queda chica a Lana: Tay Garnett ilustra el guión como quien llena un formulario: una puesta en escena muy lineal, sin oscuridades (el colmo por tratarse de una novela negra), sin erotismo (sólo se encarga de registrar el cuerpo de Lana Turner como quien recorre la fachada de una casa), que no logra la empatía con los personajes, ni tampoco el rechazo. En definitiva, no despierta interés.

Buen ejercicio es compararla con Double Indemnity (Billy Wilder, 1944), también basada en una novela de James M. Cain, para ver lo que es una gran película de cine negro, o del cine a secas.

Lástima que no esté Lana.