Stella Dallas (King Vidor, 1937)















Melodrama de esos que dejan el nudo en la garganta. Stella (Barbara Stanwyck) es una mujer que aspira a ascender a una clase social distinta a la obrera que pertenece. Para lograrlo, intenta llegar a Stephen Dallas (John Boles) un ex millonario empleado en la fábrica donde trabajan el padre y el hermano de Stella. Gracias a una maniobra, Stella logra relacionarse con Stephen quién quedará prendado de la honestidad y el espíritu obrero de Stella. Por supuesto, el noviazgo terminará en matrimonio y además con una hija: Laurel (Ann Shirley).




Y allí comenzarán los problemas. Stella jamás dejará de ser la pueblerina chillona mientras que su marido tampoco dejará de ser el sobrio integrante de una clase social superior. Los encontronazos del matrimonio (en especial por la presencia de un amigo de Stella, Ed Munn (Alan Hale) un ricachón venido a menos) finalizarán en un divorcio (absolutamente velado en la película) donde Stella cuidará a su hija para que sea parte de lo que ella no llegó a ser. Pero el conflicto de clases vuelve a hacerse presente cuando Stephen vuelva a conformar una familia con Mrs. Grosvenor (Nella Walker) antiguo amor de Stephen, de una muy buena posición económica, y reciente viuda con dos hijos. Stephen buscará a Laurel para que pase unos días con él y, por supuesto, Laurel quedará deslumbrada con la nueva vida del padre pero además se enamorará de Richard (Tim Holt) un amigo del hijastro del padre. Aunque fascinada por la nueva vida del padre, Laurel aún así sigue considerando a Stella y no quiere dejarla sola. Entonces será Stella la que dará el paso al costado.


King Vidor narra sin subrayados ni emociones altisonantes una relación de pareja donde lo aspiracional choca con la realidad. En la película nadie pierde su esencia ni esconde las cartas; simplemente, no son compatibles, algo de lo que nadie es culpable. Todos comprenden al prójimo pero el clasismo se filtra en esa armonía: los comprensivos de la clase alta pasan a ser burladores de la clase baja cuando están en grupo y ese mundo ideal al que Stella ansía ingresar termina por empujarla al sacrificio.





King Vidor, con exquisita sutileza, nos parece decir que juntos no somos mejores; que tal vez haya sacrificios (como el que hace Stella, por ejemplo) cuya recompensa representa respetar la dignidad propia.

Comentarios

Entradas populares