Zombieland (Ruben Fleischer, 2009)

Columbus (Jesse Einsenberg) es un joven que sobrevive al virus zombie siguiendo una serie de reglas que él mismo se ha creado para protegerse de los ataques. En una de sus caminatas, se topa con Tallahasse (Woody Harrilson), un trotamundos que recorrer las rutas buscando Twinkles y matando zombies. Tallahasse acepta llevar a Columbus a destino. En una de esas paradas, caen en la trampa de Whicita (Emma Stome) y Little Rock (Abigail Breslin), dos hermanas que les roban las armas y la camioneta. Sin embargo, se volverán a encontrar los cuatro para seguir camino hasta llegar a Hollywood donde se encontrarán a Bill Murray y Wichita y Little Rock desatarán la batalla ¿final? contra los zombies.

La película tiene un inicio interesante. La estética de las imágenes y el relato en primera persona se potencian con la presencia de Woody Harrilson. Incluso la aparición de las hermanas con su pasado de estafadoras tiene simpatía. Pero a partir de ese momento, la película toca su punto más alto y empieza a caer lenta pero firme. Esto se nota sobre todo cuando aparece Bill Murray haciendo de sí mismo; algo que está injusticado salvo si se tenía la idea de homenajear al actor. 

Pero tampoco el final llega a tener épica porque parte de un error grande: si se sabe que a los zombies les atrae los sonidos, no cabe en la historia la idea de que ambas hermanas enciendan todo un parque de diversiones sin pensar que eso atraerá a los zombies como efectivamente pasa.

En definitiva, una opera prima donde queda el recuerdo de la simpatía de los primeros veinte minutos y poco más. No es mala, pero afloja en los minutos finales.