Locuras, tiros y mambo (Leo Fleider, 1951)

 



Rafael Carret, Jorge Luz, Zelmar Gueñol, Guillermo Rico y Juan Carlos Cambón (o sea, Los Cinco Grandes del Buen Humor) están buscando un espectáculo donde puedan demostrar sus aptitudes artísticas. En su vagar de desocupados terminan durmiendo en un teatro abandonado que ambicionan comprar para montar sus espectáculos y que es utilizado de guarida por un mafioso (Juan Verdaguer).  Una noche, Los Cinco Grandes serán testigos de un asesinato cometido por los secuaces del mafioso que resulta ser el pretendiente de la estrella Blanquita Amaro. Entonces tendrán que proteger a Blanquita del mafioso mientras intentan montar un show con ella para poder juntar el dinero que les permitirá comprar el teatro.

Si bien Los Cinco Grandes del Buen Humor utilizaban el absurdo y la intertextualidad en sus películas (el comienzo de Locuras, tiros y mambo, utilizando los códigos del cine negro, es efectivo y funciona como muestra de lo que el grupo era capaz de hacer), en este caso la puesta en escena de Leo Fleider es bastante chata y depende únicamente de la gracia que pueda resultar de algunos chistes con muy buenos remates o de los números que puedan montar los cómicos.  Juan Verdaguer es el que mejor sale parado de esto con un par de perfectos remates que el actor dice con precisión. 


Por eso, a pesar de lo básico de su factura, Locuras, tiros y mambo se deja ver de la misma manera que está concebida: sin pretensiones. Lo cual la hace honesta en sus propósitos y en sus resultados.


Escena de la película





Filmografía de Leo Fleider hasta Locuras, tiros y mambo


1951- Sombras en la frontera


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