A los cuatro vientos (Alejandro Larrán, 2005)

Lo primero que sorprende del documental sobre el gran armoniquista Hugo Díaz es la ausencia de material audiovisual de sus interpretaciones (algo que José Luis Castiñeira de Dios subraya con pesar). Esta inexistencia se debe más que nada a la desidia de aquellos que se supone deben resguardar el patrimonio audiovisual del país y sin embargo permitieron que se borraran/extraviaran y/o echaran a perder esos documentos.

Más allá de esto -que en el documental no está puesto como denuncia pero el llamado de atención es notable- resulta placentero el entrelazado de anécdotas y loas a su técnica, mezclado con el espíritu de cofradía que existía detrás de Hugo Díaz y una vida de bohemio que, según cuenta su hija Mavi Díaz, la esposa del armoniquista soportó a lo largo de su carrera. 

El reconocimiento de Hugo Díaz llegó fronteras afuera del país al punto que una legendaria marca de armónica alemana lo utilizó como figura promocional y el documental se encarga de argumentar esa decisión además de ofrecer el goce de un  homenaje a Hugo Díaz a cargo de Domingo Cura, Milton Blanco, Adrián Gimenez, Franco Luciani, Norberto Pereyra y Luis Saltos y de algunas canciones interpretadas por la hija del armoniquista.

Para descubrir a un intérprete talentoso y hoy injustamente olvidado o directamente ignorado.