John Q. (Nick Cassavettes, 2002)




John (Denzel Washington) es un empleado con problemas de sueldo. Su esposa Denise (Kimberly Elise) recién empezó a trabajar en una cafetería. El hijo de ambos, Mike (Daniel E. Smth) tiene un problema cardíaco que se resolverá con un trasplante. El hospital pide para el trasplante una suma inalcanzable que el seguro médico de John no cubre porque el trabajo le cambió el seguro sin avisarle. John entonces, pistola en mano, entrará en el hospital, lo cerrará y tomará de rehén al cardiologo de su hijo, el Dr. Raymond Turner (James Woods) para que lo opere. Como mediador de la policía estará el veterano Teniente Frank Grimes (Robert Duvall) que tendrá que verselas con el mediático Jefe Gus Monroe (Ray Liotta) quien le pedirá celeridad y resolución rápida mientras John presiona a doctor Turner para que su hijo sea operado.


Si sacamos el prólogo de los títulos (funcional pero estéril), el inicio con John perdiendo el auto por atraso en el pago, las recriminaciones de su mujer por la falta de dinero y lo difícil de llevar la situación económica es bastante atractivo y con pocas pinceladas nos pone en situación. La enfermedad del hijo de John y la comunicación del costo de la operación ya prepara para la idea principal que es la toma del hospital y es lo mejor que Cassavettes logra hacer en toda la película.



Es justamente cuando John realiza la toma cuando la película pierde paulatinamente el nervio al querer abarcar más de lo que los personajes pueden. Los diálogos son demasiado explicativos y pueden ir de la compra de armas por parte de niños hasta el maltrato a la mujer. John manejando un hospital (algo que desbordaría a cualquiera y pondría en riesgo la vida de terceros) no resulta convincente por más que tenga de rehenes a dos médicos y un enfermero (en especial cuando llega el baleado que trae una ambulancia). 


Pero también fuera del hospital las cosas no están bien: Rober Duvall repite el papel que hiciera en Falling Down (Joel Schumacher, 1993) y Ray Liotta está solamente para demostrar la preocupación política en épocas de elecciones (todo pasa en época de elecciones parece), alguna metida de pata y después desaparecer. Pero lo peor es el personaje de la lesbiana cuyo cambio radical ni siquiera la película lo entiende (algo que explicita Duvall) y que lleva a generar una tensión muy falsa que solo está para estirar la película unos minutos más.



Si bien el planteamiento es noble (demostrar la necesidad de un plan de salud universal) la película elige los peores elementos para exponerlo y logra el propósito contrario: que el reclamo se pierda en una película confusa.


Avance cinematográfico





Filmografía de Nick Cassavettes hasta John Q.


1996- Unhook the stars

1997- She's so lovely

Comentarios

Entradas populares