Mystic River (Clint Eastwood, 2003)

Jimmy, Dave y Sean juegan al hockey en la calle cuando son abordados por un supuesto inspector municipal que los amonesta por estar escribiendo sus nombres sobre el cemento fresco de la vereda. Dave no llega a terminar de escribir su nombre y sube al auto del inspector quién está acompañado por viejo algo enfermizo. Es así como Dave desaparece por varios días hasta que logra escapar del secuestro de estas dos personas que terminaron por ser pederastas. Dave (Tim Robbins) crece y todavía vive en el mismo barrio donde ha formado una familia con Celeste (Marcia Gay Harden) que es prima de Jimmy (Sean Penn). Justamente, la hija de Jimmy -Katie (Emmy Rossum)- desaparecerá una noche y a la mañana siguiente aparecerá muerta. En tanto, Dave aparece en la noche con las manos ensangrentadas explicándole a Celeste que mató a un ladrón que lo quiso asaltar. La investigación del asesinato de Katie estará a cargo de Sean (Kevin Bacon) cuyo compañero -Whitey (Laurence Fishburne)- sospecha de Dave. Sospecha que también tiene Celeste y que se la trasmite a Jimmy quién decide matar a Dave.

No sé podría decir que Mystic River es una mala película. En ciertos pasajes es muy buena, pero deja la sensación que está armada para ser grandilocuente, como si Clint Eastwood confundiera tragedia con solemnidad. Cuando la película deja que la narración haga lo suyo, funciona (el final, sobre todo) y en otros momentos, cuando hay una necesidad de subrayar una metáfora (Dave hablando de los murciélagos, algunos diálogos sentenciosos), satura, asfixia.

Pero tal vez sea Sean Penn el que resuma todos los defectos que impiden que Mystic River respire un poco. Su actuación es exagerada, demasiado tensa, sobreactuada; al igual que la narración. De hecho, se extraña esa fluidez que Eastwood aporta en sus películas. Aquí hay una saturación de oscuridades, peligros y amenazas que subrayados todo el tiempo dan la idea de que ya estaba todo planificado desde que alguien colocó el cemento fresco en la vereda donde Dave no terminó de escribir su nombre.