Ya no hay hombres (Alberto Fischerman, 1991)

Ana (Georgina Barbarrosa) es una empresaria bajo presión que se inventa al hombre perfecto (Giulano Gemma) quien la acompaña a todas partes hasta que esa fantasía se hace carne en Piero (Giulano Gemma) un empresario que, por supuesto, termina enamorado de Ana. Ana deberá asimilar la diferenica entre la realidad y la imaginación mientras se unen para defender a la empresa .

Alberto Fischerman (1937-1995) -que venía de dos comedias populares y algo efectivas como La clínica del Dr. Cureta (1987) y Las puertitas del Sr. Lopez (1988)- no acierta en el tono cómico, tampoco en el romántico y menos llega a entrar en sintonía con el mundo femenino que la película pretende retratar concentrado en los personajes de Katja Alemann, Adriana Salgueiro  y Tina Serrano. Como si fuera poco, el entorno donde se desarrolla la historia es artificial, impoluto, de alto poder adquisitivo, pero esterilizado a pesar de que Barbarossa intenta todo el tiempo romper tanta solemnidad.

Quienes sí hacen su propia película y tienen los pocos momentos gratificantes y graciosos son Roberto Carnaghi y Gianni Lunadei, ambos destruyen la monotonía y la pulcritud que la historia construye y por lejos es lo mejor que la película ofrece. Lamentablemente, sus apariciones son pocas.

Una película fallida y con poca gracia.