Les chansons d'amour (Christophe Honoré, 2007)

Ismael (Louis Garrel) trabaja en un diario y como novia la tiene a Julie (Ludivine Sagnier) y como parte fundamental de la pareja a Alice (Clotilde Hesme), una compañera de trabajo. Conviven los tres para curiosidad de la madre de Julie (Brigitte Rouan) y especialmente de su hermana Jeanne (Chiara Mastroianmi). Durante la salida de un boliche, Julie muere y al poco tiempo Alice empieza a salir con un chico. Ismael no quiere volver al departamento que compartió con Julie tanto por nostalgia como por la presencia de Jeanne, que se instaló en él sin dar muchas explicaciones.  Alice deja que Ismael pase un par de noches en el departamento de su nueva pareja. En ese departamento también vive Erwann (Gregoire Leprince-Ringuet), el hermano de la pareja de Alice, estudiante secundario, que se siente atraído por Ismael y que buscará reciprocidad.

Tomando la idea de On connait la chanson (Alain Resnais, 1997), Cristophe Honoré (1970) construye una película insólita por la serie de inverosimilitudes que jamás rompen la barrera de la credibilidad.

La muerte de Julie produce cambios no por necesidades de los personajes sino por capricho del guión. El cambio de Ismael es tan notorio como injustificado pero para disimularlo se recurre a otro cambio aún más  inexplicable que es el de Jeanne. Tras la muerte de su hermana no sólo intenta ocupar su lugar en el departamento de Ismael sino también en la vida del muchacho. Se indigna cuando Ismael recurre a otra mujer para soportar el luto y al final entra en un tobogán melancólico que uno ya quisiera relacionarlo con la muerte de su hermana.

La aparición de Erwann y su atracción por Ismael está lejos de reflexionar sobre las relaciones sentimentales entre hombres sino que parece más una especie de subrayado sobre el interés que despierta Ismael en otras personas como si Ismael fuera alguien que no puede evitar seducir. Si es una ironía o un chiste, no se nota. Lo que sí se nota es que sirve para darle un cierre simpático a la historia.

En definitiva, un musical forzado, poco estimulante y que parece más un desafío que salió mal y no tanto una idea fallida. Una película antojadiza con más ganas de provocar que interesada en el derrotero de sus personajes.