Changeling (Clint Eastwood, 2008)
Christine (Anjelina Jolie) es supervisora de una flota de operadoras telefónicas y tiene un hijo de unos seis años. Un día, la niñera que cuida a si hijo no puede ir a la casa y Christine deja al niño solo para ir a trabajar. Cuanto vuelve del trabajo, su hijo ha desaparecido. Al hacer la denuncia en la policía, la fuerza -para lavar una mala imagen- resuelve el caso con rapidez y logra devolverle al niño. El problema es que ese niño no es su hijo. A partir de allí, Christine luchará para recuperar a su hijo ante la hostilidad de la fuerza policial que para que ocultar que la resolución del caso fue un engaño hace pasar por loca a Christine.
En Changeling, Clint Eastwood (1930) abre múltiples temas que terminan quedando un tanto enclenques como si fueran segmentos pegados a la fuerza en la película. Por ejemplo, la internación de Christine en el sanatorio mental. Es una situación mal desarrollada, que la película se saca de encima rápido, como si el único objetivo fuera sumarle un padecimiento al personaje principal que describir el maltrato a las internadas. De hecho, el personaje del Rev. Briegleb (John Malkovich) no tiene el peso, ni siquiera, de un personaje secundario, a pesar de que sus intervenciones parecerían darle una dimensión diferente a la película (en especial en lo relacionado con el abuso policial).
Así y todo, Changeling no es una mala película por, justamente, la cantidad de temas que toca (la mirada feminista sobre temas como el trabajo, el machismo doméstico y social) pero si una realización menor dentro de la filmografía de Eastwood porque esos temas quedan en puntos muertos o descartados. Eso sí, hay un gran trabajo de Angelina Jolie aunque no puede desprenderse de la imagen de diva que le quita un poco de credibilidad al personaje.
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