Titane (Julia Ducournau, 2021)

 

Alexia (Agathe Rouselle), al parecer, era una chica díscola que tras molestar al padre mientras este conduce termina con el cráneo con una chapa de platino producto del impacto del choque de autos. Tras esto y varios años, se entabla una relación  fetiche entre la ya joven y los autos al punto de que es violada por uno. Embarazada  huye de la casa y termina asesinando a diestra y siniestra hasta que recae en la casa de Vincent (Vincent Lindon) un hombre que la confunde con su hijo desaparecido cuando ella cambia de apariencia. Una vez en la casa de Vincent, Alexia tendrá que ocultar su embarazo y se verdadera personalidad.

Película que en los primeros minutos parece continuar la idea de Crash (David Cronenberg, 1996), enseguida esa sensación desaparece ante la seguidilla de situaciones inverosímiles (que,  justamente, no es la violación del auto) con un lesbianismo muy superficial, una violencia en los asesinatos muy similar a lo peor de Tarantino y una relación padre-hijo que siempre está bordeando el ridículo (¿y el incesto?) sólo salvada por Vincent Lindon que es un actor a prueba de todo. 

Se entiende la idea de la aceptación del otro tal como es pero no hacía falta el subrayado o la exageración para construirlo. La cantidad de ideas confusas que acumula Julia Ducournau (1983) termina por desconcertar al punto de solamente  querer llegar al final para saber qué cosa va a salir de la panza de la protagonista inseminada por un auto

En definintiva, una película absurda con ínfulas de un cyber-punk cool. 

O sea, la nada misma.