...y el demonio creó a los hombres (Armando Bó, 1960)

Magda (Isabel Sarli) -quien vive acosada por los hombres en cada paso que da- termina engañando a su prometido Fernando (Horacio Priani) con Marco (Mario Casado) una especie de gigoló de poca monta. Fernando sospecha de la infidelidad y cuando finalmente la descubre asesinará Marco. Asustada, Magda huirá en bote y por cuestiones del azar terminará en una isla habitada por un matrimonio de ancianos y sus tres hijos varones que se ganan la vida apaleando a lobos marinos para vender sus pieles. La llegada de Magda despertará pasiones sexuales en los tres varones y las hormonas harán perder la cabeza a los tres que comenzarán a pelearse por poseer a la mujer.

Tal vez Armando Bó (1914-1981) sea el único director argentino con la capacidad de hundirse de lleno en el terreno de la sexualidad y las pasiones sin preocuparse demasiado por disfrazarlo de erotismo o cuidándose de no herir susceptibilidades. Para Bó son más importantes los personajes que el espectador, por lo tanto lleva su propuesta hasta donde sea necesario representarlas y es así como logra trasmitir la sexualidad de sus personajes con una sinceridad infrecuente en el cine nacional y con una genuina mirada gozosa sobre el sexo (no así sobre sus consecuencias por obtenerlo, que por lo general suelen ser casi tragedias que a veces parecieran ser el precio a pagar por el placer).

En ...y el demonio creó a los hombres queda muy en claro la defensa de la independencia de la mujer sobre su sexualidad y la brutalidad del macho en el momento de querer conquistar el sexo opuesto (algo que queda en claro en los titulos de inicio). La llegada de Magda a la isla confrontará esa universo brutal de la masculinidad, casi alejado de la civilización, donde la mujer será un trofeo a ganar. Metáfora sin medias tintas acerca del machismo y del patriarcado.

Si bien la resolución de la historia respeta ciertos cánones forzados (un romanticismo casi rosa si lo comparamos con lo que venía sucediendo hasta ese momento subrayado por la brutalidad de las imágenes documentales con los lobos marinos), Y el demonio creó a los hombres es otra de las películas fundamentales del cine argentino.