Jersey Boys (Clint Eastwood, 2014)

 



Tommy DeVito (Vincent Piazza) además de ser un delincuente de poca monta en New Jersey tiene una banda de música con otro compinche, Nick (Michael Lomenda), a la que finalmente suma a Frankie Vallie (John Lloyd Young),un aspirante a peluquero que es apadrinado por el capo Gyo de Carlo (Crhistopher Walken). Por un escurridizo contacto, la banda es escuchada por Bob Gaudio (Erich Bergen) que al oír el tono de voz de Frankie decide unirse a la banda como compositor y músico. Bob logrará componer varios temas que llevarán al grupo a ser famoso y económicamente rentable. Con el ingreso de dinero, Tommy comenzará a tomar deudas con un prestamista y a evadir dinero al fisco. Para ayudarlo, Valli asumirá la deuda de Tommy por casi más de medio millón de dólares, gesto que pondrá en peligro la continuidad de la banda.


Clint Eastwood (1930) se calza por un momento los zapatos de Scorsese y le pide prestado algunos recursos dramáticos,  como tomas largas o personajes comentando la historia a cámara, pero sin caer en la violencia y el histerismo de su colega.  Es como si Eastwood quisiera alejarse de la solemnidad y el tono agrio de su filmografía post Mystic River (2003) sin evitar momentos duros como la muerte de la hija de Frankie o el fracaso matrimonial pero trasmitiendo la idea que para todos estos naufragios hay un salvavidas que mantiene a flote ante cualquier eventualidad y en este caso es la música y, sobre todo, la amistad que puede mantenerse a lo largo de décadas. 







Jersey Boys es casi intimista; y a pesar de contar parte de la vida de Frankie Valli, no se despega del barrio ni se deja encandilar por las luces del espectáculo.  También es una rareza dentro de la filmografía de Clint Eastwood: si bien la película va perdiendo un poco de rigor en su segunda mitad -es excelente hasta la reunión con De Carlo, la banda y el prestamista, luego se desinfla de a poco- el feliz recuerdo que deja es suficiente como para colocarla dentro de sus mejores realizaciones. Una felicidad que se traduce en los créditos finales con un cuadro musical que parece sacado de West Side story (Jerome Robbins-Robert Wise, 1961).

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