Akibiyori (Yasujiro Ozu, 1960)
Soichi (Shin Saburi), Shuzo (Nobuo Nakamura) y Seichiro (Ryuji Kita) son rres amigos que recuerdan los años pasados junto a un amigo ya fallecido y en una especie de empresa conjunta deciden encontrarle pareja a Ayako (Yoko Tsukasa), la hija de su amigo. Sin embargo, Seichiro abre el fuego con la idea de que la madre de Ayako -Akiko (Setsuko Hara)- también es una bella mujer que merece volver a reiniciar su vida en pareja y Seichiro es propuesto como candidato y Soichi y Shuzo empezarán sondear a Akiko para ver si tiene interés en volver a estar en pareja. Mientras Ayako se entera de esto y entra en crisis con Akiko por su pretensión de reiniciar su vida.
Como siempre en Yasujiro Ozu (1903-1963), la sutileza es la que domina la historia y es mucho más importante lo que se encuentra detrás de los hechos que los hechos en sí mismo. Es así como cada personaje revela su personalidad no tanto por lo que dice, sino por lo que hace (el machismo de uno de los personajes demostrado mientras arroja su ropa que la mujer recoge como una sirvienta, las mujeres mirándose cómplices mientras se ríen de sus esposos). Este recurso dramático le sirve a Ozu para cambiar el tono de la película cuando Ayako le recrimina a Akiko que decida rehacer su vida. En ese momento, el tono de Akibiyori se vuelve agridulce; la comedia de enredos que se había tejido hasta ese momento se desarma y la mirada de Akiko (excepcional Stesuko Hara) subraya el drama que Ozu terminará de manera perfecta y sencilla.
Pero Ozu no sólo sobresale en los detalles de los personajes, también sobresale en el preciso encuadre desde donde toma en planos generales a los personajes (un plano Ozu) que tiene una acertada mezcla entre el plano teatral y el cinematográfico por el uso del fondo por donde los personajes desaparecen o van y vienen. Esa posición de la cámara genera una sensación de familiaridad donde el espectador está integrado a los personajes como un observador casi íntimo. Tal vez Ozu sea el único director que logra esta particularidad y la indispensable Akibiyori es una muestra de la maestría del director.






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